Nuestro primer día a pie: qué ganas tenía!
Nos despertó la suave música que eligió nuestro albergueros en Zamora a las 7 p.m. A las 8, ya sonaba la quinta sinfonía de Bethowen.
Diana no tuvo más remedio que levantarse también, aunque recabó por ahí una información que decía que la etapa que la esperaba no era “bonita que digamos", y además en Montamarta ya no hay albergue, así que “yo me salto esta etapa".
Diana es joven y cuatrilingue o más: español, alemán, inglés, francés y se ha criado en Suiza, donde hablan un dialecto, según ella. Canta muy bien y es una crack: viene caminando sola desde Sevilla. Hemos estado recordando pueblos del sur y con una complicidad de sólo los que han hecho el mismo camino. Durante la mañana, juntos los tres. Ella se fue a seguir su camino en bus: nos encontraremos más adelante, seguro!
Cogimos un bus a Santa Croya después de estar toda la mañana paseando, leyendo periódicos, desayunando, acompañando a Diana..., por Zamora: a las 13.30 salía la guagua hacia Santa Croya. Otra experiencia.
Llegamos a Santa Croya, donde tuve que dejarlo el año pasado: aquí estoy de nuevo y con Sergio. A cabezota, pocas me ganan...! ;)
Seguimos a Santa Marta a ver al Santiago peregrino más antiguo que se conoce. Ya Sergio está en mi equipo!
Aquí empezó el Camino 2014. A las 5 de la tarde, con no tanto calor, y cambio total de paisaje. Primero tomamos una cerveza el el bar de Santa Marta donde el año pasado esperé a la guagua, derrotada y lesionada, durante toda una mañana.
Comenzamos el camino por la ribera del Tera: qué lujo para un agricultor. Eran las 5 de la tarde; llegamos a las 8.30 de la tarde al albergue La Trucha: 13 kms, 3,5 horas. Cansados pero felices.
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Un beso e un abrazo
el GIUBA