No recuerdo si les había comentado que habíamos quedado para salir del hotel a las 5.30 con nuestros amigos, así que a esa hora ya estábamos en el comedor del hotel, donde su dueño nos preparó un café con leche tempranero que no saben cómo se agradece.
Olvidé decir que ayer cogimos un hotel porque la junta del Extremadura, de la que dependen los albergues públicos, lo cierra los lunes y martes. El hotel se llama Las Palmeras y está en el centro de Zafra, en una esquina del la Plaza Mayor. Recomendable si alguna vez pasan por allí.
Salimos a la hora prevista y abandonamos el pueblo de Zafra ascendiendo por una cuesta de cemento que puso a nuestros pies el pueblo de Los Santos de Maimona justo cuando empezaba a amanecer.
Lo atravesamos en silencio a aquellas horas y sin habernos dado cuenta ya teníamos andados casi 7 kms. Ha sido la de hoy una etapa paseo para mis compañeros, porque físicamente nos encontramos fuertes y bien, pero en ese momento se reprodujo el dolor de ayer en el muslo. Cada vez iba a más y como seguíamos cerca del Los Santos, me planteé dar la vuelta y coger guagua. Ya sé que van a decir que soy una quejica, pero quizá hemos forzado la marcha más de lo debido los primeros días, porque ahora sé que los descansos cada trecho deben ser de obligado cumplimiento.
Serafín me convenció para intentarlo y me prestó sus bastones. Fuimos paseando y descansando con frecuencia, así que llegué al final del la etapa y quiero agradecércelo aquí.
Lo primero al entrar a Vilafranca fue ir a una farmacia. Voltarén comprimidos y Omeprazol.
El albergue otra vez, fantástico. Es uno privado llamado El Carmen. Casa solariega del techos altos y suelos antiguos, puertas altas de madera y cristal. Camas nuevas y sábanas límpias y una alberguera alegre y amable que nos proporcionó botellas de hielo para bajar la inflamación del muslo, que resulta evidente justo en el punto donde sé une a la rodilla.
Me preocupa la lesión y no sé si habrá tiempo de recuperación de aquí a mañana. Me animan los compañeros diciendo que el perfil del la etapa es en suave descenso, completamente plano.
Ya les contaré, pero soy pesimista en este momento.
Inma también se encuentra mal y vomitó esta noche. Ahora, mientras escribo, la oigo dormir en la litera de enfrente. Creo que tiene algo de fiebre.
Mañana intentaremos salir desde las 4.30 porque la etapa es larga, así que me retiro ya. Ojalá mañana pueda contarles otra etapa a pie, pero si veo que cojeo iré en guagua hasta Torremejía para tener un día de descanso y, espero, recuperarme lo suficiente.
Hoy nos hemos saltado la etapa. Pensamos que iba a ser lo mejor dado que Inma estaba sin fuerzas por los problemas de estómago que tuvo ayer, y a mi me sigue doliendo el muslo, pese a que lo tengo menos inflamado. Creo que fue una decisión acertada aunque difícil del tomar. Tanto que estuve a punto del salir a las 4.30 con los gallegos. Me levanté a las 4 y me vendé el muslo por encima de la rodilla, pero seguía con molestias. Me esperaban 27 kms. sin pueblo alguno por medio y temí poner en peligro no sólo mi etapa, sino también la de mis amigos, por eso tomé la decisión dura de saltarme la etapa. Hoy llegará Peter a Sevilla y mañana nos encontraremos en Mérida. Espero que hayan pasado para entonces mis problemas musculares. Sé que Inma sí se recuperará, porque es un mal del estómago pasajero. Lo mío quizá sea más complicado. Sigo tomando voltarén y con el muslo vendado. Quiero seguir a toda costa, así que espero que la suerte y la salud nos acompañe.
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Ahora reposamos en la tranquila y fresca sombra de "Casa Carmen".