Fuenrroble de Salvatierra-Morille (32km)

¡Qué etapón! 32km nada más y nada menos. Estoy contenta, sobre todo por como lo llevamos. No se hizo muy difícil. Tal vez al final, al llegar a las interminables rectas rodeadas por mares de cereal: Estamos en Castilla! Enriqueta se portó como experta caminante que es, aunque lleve los pies tocados por bastantes ampollas.
Salimos muy temprano, más aún que de costumbre: sobre las 4.45 ya estábamos caminando. En el servicial albergue de Fuenrroble nos habían dejado algo de desayuno preparado, que se agradece infinito.

Caminamos de noche y en silencio hasta que se hizo de día. Nos encontramos con un entorno de dehesa, agradable y fácil de caminar. Los kms iban cayendo sin apenas esfuerzo.

Al llegar a una bifurcación, dudamos porque tenía flechas en dos direcciones, así que tuvimos que echar mano del gps: bendita tecnología. Era el inicio del Pico de Dueñas, la montaña más alta del Camino. Se subió sin dificultad aquel paraje casi virgen que dejaba a nuestros pies todas las llanuras que habíamos atravesado. Luego un fuerte descenso que terminaba en un terreno húmedo. Más adelante, todo llanuras interminables... A los 28km llegamos al cruce que nos permite escoger ir a San Pedro Rozados (2 km) o a Morille (4km). Entre que íbamos sobrados hoy y que pensamos que el albergue de San Pedro podía estar lleno, nos decidimos por Morille, Mañana nos ahorramos 2 kms. El albergue del Morille es pequeñísimo, una reducida habitación con tres literas y un baño. Al lado está el bar del Isa (así se llama el bar), donde te dan las llaves, te sellan y te cobran los 6€ que vale el albergue (quizás mucho para lo que ofrece). Almorzamos allí un plato combinado a base de huevos, papas, lomo y bacon: una bomba que supo a gloria salada después de la paliza. Por la noche sólo colacao y madalenas. A Giuliano le salió una ampolla, que le cura el experto de Serafín. Esta tarde por primera vez el cielo se cubrió de nubarrones y llovió sobre Morille. Mañana, Salamanca!