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Baños de Montemayor-Aldeanueva del Camino (22.5km)

Cuando sonó el despertador, a las 4.15, quería estrangularlo. Tenía sueño y no tenía ganas de caminar.
Había regateado el desayuno con el encargado del hostal, así que encontramos jugo y madalenas en recepción, antes de salir. Ya saben: el que no llora, nos mama!
Comenzamos la subida al Puerto de Béjar de inmediato, de noche cerrada, alumbrándonos con linternas. Las subidas no me son complicadas: en La Palma son más largas y pronunciadas, así que vengo entrenada para éstas.
Por primera vez en el viaje me puse una camiseta de manga larga! Coronamos la subida sobre las 6 de la mañana, una hora después de salir. Llegamos a una gasolinera, pero estaba cerrada. A esas alturas ya habíamos abandonado Extremadura y estábamos en Castilla-León. El paisaje verde, frondosa, lleno de arroyos y prados: magnífico.

El camino nos llevó al pintoresco pueblo de Calzada de Béjar, donde se suponía un bar para desayunar, que como no, estaba cerrado a las 9 de la mañana. Porca miseria! Nos sentamos a reposar, no obstante, en las mesas del patio del bar. Al salir del pueblo nos llamó la atención el furgón supermercado. Nos quedaban unos 10kms todavía, ahora de nuevo por dehesa. Al llegar a Valverde de Valdelacasa, pueblo final de etapa (en teoría), nos llevó una señor al albergue Nenúfar, privado y 5€. El albergue estaba en tan malas condiciones que decidimos seguir adelante: sucio, de las sábanas, ni hablar, le faltaba algún trozo de tejado, sin menaje de cocina y te mandaba a lavar a las pozas del pueblo ¿? Irnos suponía 11kms más bajo el potente sol de la tarde. Pero todo antes que aquello. Llegamos al bar El Peregrino y allí almorzamos una gran plato de salchichón, chorizo y una queso tremendo. Del embutido sólo decir que el pueblo de Gijuelo está a sólo 6km...! Una pasada...! Allí Enriqueta decidió llamar un taxi para esos 11 kms de más. Yo dudaba, pero sabía que no podía contar con mis fuerzas en ese momento. El sol cascaba a esa hora de la tarde. Sergio me dice por teléfono: "Te ordeno que cojas el taxi". Oh, Porca miseria! Ese "empujoncito final" creo que me acabó por decidir.

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