Nos despedimos de Rosa y bajamos para desayunar la corta pero empinada cuesta que hay hasta el centro del pueblo. Ese día y por lo a gusto que nos sentíamos en ese albergue, salimos a caminar pasadas las 9. Cruzamos la ría por un puente y luego la fuimos bordeando por la orilla opuesta, hasta que las flechas nos condujeron a subir una cuesta de cemento flanqueada por viñas de txacolí. Pronto tuvimos a nuestros pies la ciudad de Zarautz y su playa.
Allí vimos algo las calles del pueblo de Arguiñano. Hasta lo vimos en persona caminando por la avenida pegada al mar.
Entre Zarautz y Guetaria solo hay 5 Kms. que se salvan recorriendo un paseo marítimo lleno de gente de todas las edades haciendo deporte. Guetaria, ciudad de Juan Sebastián El Cano, tiene 4 callejeras antiguas, una playa y un muelle. Por allí estuvimos probando unos pinchos.
Nos quedaban aún unos 7 km hasta Zumaia, a pleno sol y sin muchas ganas de caminar, pero a veces, eso es lo que hay...
El albergue, excelente: un convento con celdas para dos. Todo un lujo de intimidad en el camino.
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