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Mostrando entradas de julio, 2015

Portugalete- Pobeña (13 km)

Salimos de Portugalete por una larga avenida y aprovechamos para desayunar en una cafetería-dulcería de esas tan buenas que hay por allí. La etapa fue muy cómoda: sumados a los pocos kilómetros del día, también ayudaba lo llano del terreno, que transcurría casi en su totalidad por un carril bici. Llegas primero a la playa de La Arena, que pertenece a la primera punta de la playa. Allí descansamos en una terraza y nos asomamos a la playa. Luego caminamos entre dunas y llegamos a la otra punta de la playa, que es ya Pobeña, un lugar precioso que nos metió otra vez en el camino y del que disfrutamos muchísimo. Al albergue llegamos pronto: fuimos el segundo y el tercero. Era cómodo y tenía incluso microondas, que no utilizamos ni ese día ni en la mañana del siguiente. Lavamos ropa y tendimos, nos bañamos en esta bonita playa que ver y almorzamos un menú en un bar detrás del albergue bastante malo, por cierto. El albergue tenía dos carpas con colchones en el suelo

Lezama - Bilbao (12 kms) - Bilbao - Portugalete (19´7 km en tren)

Desayunamos en el albergue de Lezama, pues tiene microondas y loza, así que calentamos la leche que compramos la tarde anterior. Llevamos nescafé con nosotros, y solemos tomar el café con leche con madalenas que vamos comprando. Salimos con muchas dudas, ya que esperábamos que la entrada a Bilbao fuera toda por autopista o autovía, pero pronto nos fuimos adentrando en el monte. No tan frondoso como días anteriores, eso sí... Así llegamos a la parte alta de Bilbao. El camino te lleva hasta una zona elevada de la ciudad y debes llegar a la zona antigua descendiendo unas empinadas, anchas y largas escaleras, que van discurriendo entre barrios humildes.  Allí dimos algunas vueltas para ver la zona antigua,  visitamos el mercado, tomamos algunos pinchos y almorzamos estupendamente en la Peña del Atleti. No está mal Bilbao, pero he dicho alguna vez que no nos seducen las ciudades grandes, así que decidimos irnos esa misma tarde hasta Portugalete.

Guernika-Lezama (22 kms)

Desayunamos en el hotel Akelarre y comenzamos a salir de Guernika por las calles de la ciudad, pasando al lado del famoso Árbol de Guernika, alrededor del cual se reunían aquellos que debían tomar importantes decisiones para la ciudad desde hace siglos, y que es símbolo de diálogo y concenso. Nada más abandonar Guernika y adentrarnos en el campo, se comienza un durísimo ascenso que te lleva muy pronto a ver desde arriba la ciudad. Luego todo campo, naturaleza, alguna casa adornada con cuidados jardines o alguna semi abandonada, árboles caídos y algún que otro inesperado amigo. Y así llegamos a Lezama, donde están los campos de entrenamiento del Atleti. Llegamos muy cansados y a las dos de la tarde y bajo un sol de justicia, situación que a Sergio no le gusta nada, porque realmente está haciendo mucho calor a esa hora. Sin embargo, muchas veces es camino es así, y hay que aceptar lo del día. Antes de llegar a Lezama pasamos por un bonito pueblo, Larrabetzu, que es

Mendata-Guernika (12 km)

Nos levantamos con la sorpresa de que el bar estaba cerrado a las 7.30 de la mañana, así que no pudimos desayunar hasta tres horas más tarde, cuando llegamos a Guernika. Ese día tuve la impresión de que las señales del camino no eran las originales, y las que había nos iban a sacar del verdadero trazado, llevándonos por asfalto en un recorrido sin mucho sentido. Esa impresión nos la confirmarían días más tarde una pareja de Málaga que nos vamos encontrando con frecuencia. Ellos no hicieron caso al desvío provisional y acertaron, pues sólo era un árbol caído que se podía rebasar sin mucha dificultad y que te ahorraba algunos kilómetros y mucho asfalto, además de mejorar mucho el paisaje. Ese era el último día de Anna y Emilia. Nos despedimos visitando la bonita Guernika. Luego ellas cogieron la guagua para Bilbao. Al otro día se irían a sus casas. Adios, amigas, fue bonito compartir estos días con ustedes. Sergio