Creo que el albergue La Estrela, en Oya, es uno de los mejores del Camino. Es nuevo, está limpio, entiende y atiende las necesidades del que camina y además de esto, el ambiente que genera también lo hace confortable. Por eso, lo recomiendo al que por allí pase.
Al levantarme aún era de noche, y la hora había cambiado porque ya estábamos en Galicia y las 7 de ayer eran las 8 de hoy. Pablo se curaba las ampollas y yo armaba la mochila.
Y de nuevo, a ver qué nos deparará el día... Salimos del albergue y comenzamos a bordear la carretera a través de caminos que hoy no querían acercarse demasiado al mar, pero que tampoco lo perdían de vista.
Llegamos a un camping donde tomamos un café con leche mañanero e hicimos planes sobre la ruta de hoy. Este es el primer camino que hago sin plan exhaustivo: me dejo llevar estando segura de que no dormiré al raso y de que comeré algo y seguramente bien. Y qué más se puede pedir?
Y así nos vimos subiendo una montaña con importante pendiente en cuya cara opuesta se encuentra Bayona.
Como ya no había más montaña que subir, obviamente empezamos el descenso por su otra vertiente. Un agradable paseo entre casas de campo.
Y otra subida más, hasta un mirador donde volvimos a encontrar a Pablo, que esta vez caminaba con dos señores nuevos para mi. Juntos y charlando, bajamos hasta Baiona. Allí perdimos a Pablo. Es una pena, pero dudo coincidir más en el Camino: el va más rápido porque debe acabar antes. Cosas de su trabajo...
Ramalloso resultó ser un pueblo sin interés alguno, salvo un puente del siglo XII, y el propio albergue, que en un convento o algo parecido, no sé si tan antiguo como el puente.
Y salimos a comer. Misión casi imposible hoy domingo en este pueblo. Gracias doy al pizza Hut. Y no, no estaba nada mala la pizza.
Comentarios
Llegan a Finisterre?
Llegamos a Santiago el sábado,
Si todo sale como está
Previsto.
No iremos a Finisterre.