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Villafraca de los Barros-Merida (16 km.)

Esta etapa no pertenece a hoy, sino a hace dos días, osea, al jueves 11.
Salimos del Torremejía y avanzamos por carretera un trecho, hasta coger un camino del tierra que nos llevó pronto hasta Mérida. Los 10 u 11 primeros kms. no tuvieron contratiempos. Yo vigilaba el dolor del muslo que me respetaba, dejándome avanzar sin grandes dificultades, pero a partir del esa distancia comenzó a hacerse notar, y a medida que crecía y me hacía cojear, mi ánimo empequeñecía, porque no controlar una situación deprime.
La entrada a la ciudad desde donde veníamos fue atravesando el majestuoso puente romano que se extiende sobre el Guadiana, segundo gran río que atravesamos tras el Guadalquivir.
En Mérida el albergue es muy malo: una única habitación llena de literas contiguas con gente desconocida, nos sirvió de refugio aquella noche.
En Mérida reencontramos a Giuliano, un amigo italiano con el que compartimos "banquete" en el albergue del Almadén. Fuimos todos a almorzar a La Taberna de Sole, un buen  restaurante, que no todo son trabajos.
Visitamos lo principal de Mérida: museo de arte romano, teatro romano, acueductos, templo de Diana, alcazaba árabe, etc.
A todas éstas, ya tenía una muslera y una depresión, porque sabía que había puesto a prueba el muslo y no había respondido bien. Faltaban tres etapas para llegar a Cáceres y tomé una decisión: adelantar hasta allí en guagua, coger un hotel y descansar. Inma siguió con Serafín y Kity. Pilar acababa su camino en Mérida (suerte, Pilar. Espero volvernos a ver).
Yo mañana viajo hacia atrás, a Aldea del Cano; el lunes lo vuelvo a intentar: 22 kms. hasta Cáceres, esta vez a pie. Será mi prueba definitiva.
Si todo va bien y estoy por fin recuperada, el Camino sigue para mi. Si no es así, habré de poner final a la aventura de La Plata.
Mañana salgo para Aldea del Cano a las 8 de la mañana, donde me reencontraré con mis compañeros.








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No recuerdo si les había comentado que habíamos quedado para salir del hotel a las 5.30 con nuestros amigos, así que a esa hora ya estábamos en el comedor del hotel, donde su dueño nos preparó un café con leche tempranero que no saben cómo se agradece. Olvidé decir que ayer cogimos un hotel porque la junta del Extremadura, de la que dependen los albergues públicos, lo cierra los lunes y martes. El hotel se llama Las Palmeras y está en el centro de Zafra, en una esquina del la Plaza Mayor. Recomendable si alguna vez pasan por allí. Salimos a la hora prevista y abandonamos el pueblo de Zafra ascendiendo por una cuesta de  cemento que puso a nuestros pies el pueblo de Los Santos de Maimona justo cuando empezaba a amanecer. Lo atravesamos en silencio a aquellas horas y sin habernos dado cuenta ya teníamos andados casi 7 kms. Ha sido la de hoy una etapa paseo para mis compañeros, porque físicamente nos encontramos fuertes y bien, pero en ese momento se reprodujo el dolor de ayer en el mu

Vilafranca de los Barros-Torremejía

Hoy nos hemos saltado la etapa. Pensamos que iba a ser lo mejor dado que Inma estaba sin fuerzas por los problemas de estómago que tuvo ayer, y a mi me sigue doliendo el muslo, pese a que lo tengo menos inflamado. Creo que fue una decisión acertada aunque difícil del tomar. Tanto que estuve a punto del salir a las 4.30 con los gallegos. Me levanté a las 4 y me vendé el muslo por encima de la rodilla, pero seguía con molestias. Me esperaban 27 kms. sin pueblo alguno por medio y temí poner en peligro no sólo mi etapa, sino también la de mis amigos, por eso tomé la decisión dura de saltarme la etapa. Hoy llegará Peter a Sevilla y mañana nos encontraremos en Mérida. Espero que hayan pasado para entonces mis problemas musculares. Sé que Inma sí se recuperará, porque es un mal del estómago pasajero. Lo mío quizá sea más complicado. Sigo tomando voltarén y con el muslo vendado. Quiero seguir a toda costa, así que espero que la suerte y la salud nos acompañe.

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Salimos del horrible albergue de Caminha a las 7.30, y caminamos cerca del río hasta el embarcadero donde se cogen los barcos taxi que se llenan con 6 personas y te trasladan, por 6 euros, hasta Galicia. Allí empieza la primera etapa en España del Camino Portugués.  Sr trataba de una especie denplaneadora que iba a toda leche sobre el agua. Apenas duró 5 minutos el viaje y fue muy divertido porque no hubo tiempo para marear siquiera. El patrón nos recomendó seguir por una variante no señalada algo más larga, pero que iba pegada al mar. Resultó espectacular, porque ya yo echaba de menos el mar. Y así, bordeando la ría por un paisaje hipnótico, entramos en A Guarda, donde es la tercera vez que estoy: la primera hace muchos años, con Sergio. Tengo preciosos recuerdos de esa vez... La segunda vez, con Carlos, en un viaje que hicimos juntos a Vigo. Lo llev