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Mostrando entradas de 2022

Padrón-Santiago de Compostela (25 km)

Hoy 8 de octubre del 2022 concluí el Camino Portugués de la costa. Este hecho no es un hecho cualquiera, porque supone un reto mental y un reto físico. Es una prueba que te pones para demostrarte que sí puedes valerte por ti misma y salir de tu zona de confort; que eres capaz de marcarte un único objetivo claro, que en este caso consiste en caminar a toda costa hasta llegar a La Plaza. Por el camino, vivencias que te acompañarán para  el resto de tu vida, como personas, anécdotas, olores, sabores, paisajes, sonidos... Pondré la foto de la última habitación de albergue donde dormí en este Camino. Agradable me pareció: me gustó este albergue de Padrón. La gente se levanta desde las 5. No consigo entender a dónde van a esas horas. De noche cerrado incluso me parece peligroso. Al menos muy incómodo, pero cada cual tiene su manera de hacer camino. Yo me levanté a las 7.30. Aseo, mochila, desayuno y pa'lante! Hoy sabiendo que es el último vas más liger

Caldas de Reis-Padrón (18 km)

¿Los milagros existen? ¿Se dan? ¿Ocurren? Pues va a ser que sí. O si no, que la fisiología me lo explique... La tarde de ayer (más bien, el día entero), fue una tortura para mi pierna izquierda. La tendinitis se extiende por toda la tibia. La pierna estaba caliente, dura y dolía. Dolía mucho. Y esta mañana me desperté igual o peor. Anoche no dejaba de dudar. Sabía que iba a ser difícil completar una segunda etapa con tanto dolor, pero no iba a tirar con facilidad la toalla: sería la penúltima etapa! Tocaba este reto con la punta de los dedos! Pero no estoy loca... Así que la idea de abandonar tampoco debía ser una tragedia...! Y ese era mi diálogo interior, más bien, mi flujo de conciencia... No paraba de darle vueltas... No paraba.  Me levanté con dolor de cabeza y dolor de pierna. Me di un remedio de farmacia en forma de espray, me tomé un ibuprofeno, me vendé la pierna, hice la mochila y salí del albergue.  Cojeando mucho. Carlos me preguntó si er

Pontevedra-Caldas de Reis (23 km)

En verdad, no confiaba en acabar esta etapa. La contractura de ayer hoy seguía igual o peor. Me levanté sobre las 7.30 y salí cojeando del ruidoso y masificado albergue de Pontevedra. Aún no había amanecido, porque aquí lo hace sobre las 9. Paramos a desayunar en una cafetería cercana, y fue allí donde se me ocurrió ponerme una venda que me sujetará la pierna y así, quizás sentir alivio del fuerte dolor. Carlos llevaba una venda. Y aquello funcionó, al menos lo suficiente para, cojeando por momentos y muy, muy despacio, terminar la etapa unas 7 horas después.  Lo primero, abandonar Pontevedra y su antiguo casco histórico. Luego salir al campo sembrado de Peregrinos.  Y la etapa, dentro del dolor y la duda por si no llegaba, transcurrió tranquila, como en medio de una romería: muchísima gente en el camino... Hubiera sido una etapa cómoda, pero por m