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Padrón-Santiago de Compostela (25 km)

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Caldas de Reis-Padrón (18 km)

¿Los milagros existen? ¿Se dan? ¿Ocurren? Pues va a ser que sí. O si no, que la fisiología me lo explique... La tarde de ayer (más bien, el día entero), fue una tortura para mi pierna izquierda. La tendinitis se extiende por toda la tibia. La pierna estaba caliente, dura y dolía. Dolía mucho. Y esta mañana me desperté igual o peor. Anoche no dejaba de dudar. Sabía que iba a ser difícil completar una segunda etapa con tanto dolor, pero no iba a tirar con facilidad la toalla: sería la penúltima etapa! Tocaba este reto con la punta de los dedos! Pero no estoy loca... Así que la idea de abandonar tampoco debía ser una tragedia...! Y ese era mi diálogo interior, más bien, mi flujo de conciencia... No paraba de darle vueltas... No paraba.  Me levanté con dolor de cabeza y dolor de pierna. Me di un remedio de farmacia en forma de espray, me tomé un ibuprofeno, me vendé la pierna, hice la mochila y salí del albergue.  Cojeando mucho. Carlos me preguntó si er

Pontevedra-Caldas de Reis (23 km)

En verdad, no confiaba en acabar esta etapa. La contractura de ayer hoy seguía igual o peor. Me levanté sobre las 7.30 y salí cojeando del ruidoso y masificado albergue de Pontevedra. Aún no había amanecido, porque aquí lo hace sobre las 9. Paramos a desayunar en una cafetería cercana, y fue allí donde se me ocurrió ponerme una venda que me sujetará la pierna y así, quizás sentir alivio del fuerte dolor. Carlos llevaba una venda. Y aquello funcionó, al menos lo suficiente para, cojeando por momentos y muy, muy despacio, terminar la etapa unas 7 horas después.  Lo primero, abandonar Pontevedra y su antiguo casco histórico. Luego salir al campo sembrado de Peregrinos.  Y la etapa, dentro del dolor y la duda por si no llegaba, transcurrió tranquila, como en medio de una romería: muchísima gente en el camino... Hubiera sido una etapa cómoda, pero por m